Tips para cuidar la salud mental/emocional
Quiero iniciar este texto recomendándoles el articulo que escribí sobre: “¿Cómo ayudar a una persona cercana con trastornos mentales/emocionales?”, sobretodo por la definición de salud que se resume en el texto; así pueden tener un acercamiento a la definición de la salud desde la mirada gestáltica.
Siendo honesta, cuando estaba escribiendo este listado, me preguntaba: “¿serán muy obvios estos tips?” y la respuesta es que “sí”; todos los tips que van a encontrar a continuación no son soluciones mágicas o instantáneas para nuestro cuidado personal, sin embargo pocas veces los ponemos en práctica.
El autocuidado es tanto una idea como un comportamiento; si no considero importante mi bienestar y no lo tengo definido como una de las prioridades de mi vida, poca energía voy a destinar para realizar estas actividades o elegir estos pensamientos que me pueden proporcionar mayor estabilidad. Así que antes de adentrarnos en los tips, me gustaría que se preguntaran: ¿quiero hacer algo para cuidarme? ¿lo merezco?
1. Exterioriza lo que sientes/piensas:
Expresarnos nos sirve para: escuchar, observar, ganar perspectiva, descargar y organizar. Las ideas y los sentimientos no solo liberan su peso al ser exteriorizados, sino que además toman nuevas formas al materializarlas. Podemos elegir una persona que sea parte de nuestra red de apoyo para: hablar y sí se quiere pedir una opinión; también podemos hacer ejercicios de descarga personal como: escribir, cantar, bailar, pintar, etc.
2. Cuida tu salud física (somos una totalidad):
La salud mental y la física no funcionan como dimensiones aparte, somos un organismo y como tal funcionamos, como una totalidad. Por esta razón, todo lo que está relacionado con nuestra salud mental pasa a través de nuestro cuerpo que es como podemos tener experiencias.
En otras palabras nuestra salud mental se manifiesta en nuestro físico y nuestra salud física en lo mental, no porque se impacten entre sí, sino porque son lo mismo. Entonces: dormir, estirar, ejercitar, comer y beber a conciencia, son pilares de nuestro bienestar.
3. Revisa tus relaciones:
Es momento de tomar responsabilidad por las relaciones que elegimos y que decidimos mantener. Es contradictorio estar en búsqueda de la tranquilidad mientras elijo mantener vínculos donde esta tranquilidad se ve comprometida. Para esto es importante cuestionar nuestras decisiones, acciones y cómo estamos construyendo las relaciones en nuestra vida.
4. Establece límites:
Un límite sano incluye poder hacer una lectura de lo que ocurre a mi alrededor, lo que necesito y cómo me planto ante dicha necesidad para resolverla. No se trata de quedarnos de manera rígida en una sola postura o creencia, sino movernos de acuerdo a la forma con la que elegimos tomar contacto. El establecimiento de limites puede trabajarse desde nuestra expresión corporal: observando la postura, el contacto visual y el tono de voz.
5. Haz tiempo para ti:
Los momentos de soledad nos permiten encontrarnos. Muchas veces intentamos acallar ciertos prejuicios que vienen con el estar a solas con distracciones, impidiéndonos entrar en contacto con lo que realmente nos ofrecen estos espacios: trabajar en nosotrxs mismxs, conocernos, descansar, contactar con nuestros sentimientos, reflexionar en calma y silencio sobre lo que necesitamos. Así que aparta un tiempo para: meditar, hacer pereza, retomar un hobby, escuchar música, cocinar para ti, tomar un baño relajante.
6. Reconoce tus errores:
Dejar de juzgar los errores como si fueran algo planeado va a ser fundamental para frenar el castigo paralizante, el que no nos deja hacer nada al respecto. Cuando logras identificar la intención de tus acciones, puedes liberarte de la culpa, y entonces ahí empieza la responsabilidad, es decir, las acciones que conllevan a reparar lo que haya ocurrido.
¡Un error no te define, reinvéntate!
7. Agrega novedad:
Estamos tan habituados a repetir patrones que no logramos detectar cuando los estamos repitiendo, y es así como nos vamos quedando en un círculo sin salida, con sensación de desorientación y por supuesto con la queja de que “siempre nos pasa lo mismo”. Aconsejo agregarle novedad a tu vida: conocer lugares, visitar la naturaleza, jugar, variar las rutas, probar una nueva, mover el cuerpo, etc.
8. Asesórate:
Como dice Naranjo “no estamos educados para la consciencia”, así que va a ser relevante un acompañamiento profesional, así alguien con experiencia y profesionalismo te puede ayudar a observar aspectos de tu vida y de tu ser, que pueden estar presentándose como “puntos ciegos”
¡Busca acompañamiento profesional, infórmate!
9. Atención a la atención:
Identifica dónde estás depositando tu energía. La escuela de la percepción gestáltica reconoce aquello donde enfocamos la atención como la ‘figura’ y lo demás queda en el fondo. Nuestras figuras tienden a fortalecerse en la medida que disponen de nuestra energía para hacerlo ¿cuál es la figura más clara de tu presente?
10. Siente:
Las emociones son mensajeras, no las juzgues, escúchalas. Intentar evitarlas o ignorarlas, no solo las agudiza, sino que además obstaculiza la lectura de nuestro presente y de los posibles cambios que podríamos hacer. La alegría, el enojo, el miedo y la tristeza tienen funciones vitales para nuestra supervivencia y trascendencia no las ignores.
Written by: Verónica Reyes
v@copia.veronicareyes.co
Soy psicóloga y psicoterapeuta Gestalt. Te quiero ofrecer una invitación a desenvolver, explorar y expandir.
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